Recomendaciones

A una paciente embarazada a la que se le detecta serología positiva para hepatitis C se aplican las siguientes recomendaciones: Determinación de RNA circulante (PCR). Análisis de factores de riesgo (transfusiones, drogas intravenosas, conductas de riesgo sexual, etc.), determinación del status HIV y hepatitis B, chequeo de la pareja sexual y de hijos anteriores. Determinación de pruebas hepáticas y albuminemia. Es muy poco frecuente encontrar enfermedad hepática avanzada (cirrosis) en pacientes embarazadas con hepatitis C. Las transaminasas deben repetirse 6 meses después del parto. Determinación de carga viral (opcional). Manejo en conjunto con un hepatólogo. La decisión de la vía del parto no debe ser alterada por la presencia de esta infección. Se recomienda evitar monitoreo fetal invasivo y ruptura de membranas prolongada. No hay indicación de suspender la lactancia materna. Debe determinarse anticuerpos anti-hepatitis C en el recién nacido a los 15 meses. La determinación de RNA por PCR en 2 ocasiones (entre los 2 y 6 meses) es una alternativa para el diagnóstico más precoz de la infección en el recién nacido.